Tánger es sin lugar a dudas la ciudad más cosmopolita de todo Marruecos. Debido seguramente a sus atractivos naturales desde tiempo inmemorial y, como más arriba cuento, fue habitada por casi todas las culturas que en el mundo existieron. En época contemporánea se convirtió en la ciudad internacional por excelencia, visitada y habitada por personajes de toda índole y condición llegados de todos los rincones de la tierra atraídos por sus encantos, benigno clima, y la libertad que en ella se disfrutaba: pintores, escritores, músicos, artistas y un largo etcétera en ella se instalaron.
Esta ciudad posee el que fue el más importante teatro de toda África, el Gran Teatro Cervantes, Mandado a construir a sus expensas, en 1.911, por el matrimonio formado por doña Esperanza Orellana y don Manuel Peña. Por él pasaron los más renombrados artistas del momento. Curiosamente, o no tan curiosamente la práctica totalidad de ellos españoles, ya que la mayoría de los habitantes de Tánger, no autóctonos, eran de esta nacionalidad. Desgraciadamente esta joya después de la independencia del país se vio abocada al abandono y se cae a pedazos sin que ninguna autoridad haga nada por su recuperación. (Las últimas noticias que tengo es que las autoridades se han puesto a la tarea de recuperar esta joya)
El gran teatro Cervantes |
También hay en Tánger una plaza de toros, construida en 1.949. Como no, en tiempos en que esta ciudad era internacional. Lo que demuestra una vez más, su influencia española. Se inauguró el 27 de agosto de 1950 con una corrida en la que actuaron los espadas: Agustín Parra “Parrita”, José María Martorell y Manuel Calero “Calerito”. También actuó el rejoneador Ángel Peralta. Como era de esperar, después de la independencia del país esta cayó en desuso. Se le dieron varios usos, uno de ellos como cuartel, espectáculos de boxeo etc. Tengo noticias de que ha sido declarada por el Ministerio de Cultura marroquí, monumento nacional. Decir que cuando esta plaza de toros se construyó se hizo en descampado, en la llamada carretera de Tetuán. Hoy en día se encuentra casi oculta entre un sinfín de edificaciones.
Esta ciudad ha guardado muchos de los encantos que le proporcionó su pasado. Sobre todo el más reciente cuando se regía por un estatuto internacional.
La recorren espaciosas avenidas y está salpicada de amplias plazas como pueden ser la del 9 de abril, antiguo soco fuera, y la plaza de Francia, en la que destaca el imponente edificio, rodeado de jardines, del consulado francés y el famoso café de París. Actualmente existen otras importantes plazas. Yo he nombrado las que conozco de cuando allí vivía.
En los últimos 50 años Tánger ha crecido de forma exponencial, doblando con creces su población y experimentando un cambio en su urbanismo, sobre todo en su parte sur en donde se amontonan barrios marginales. Su parte norte prácticamente no ha cambiado.
Podemos distinguir en Tánger entre la medina y la parte moderna de la ciudad. La medina está rodeada de murallas, casi en su totalidad de su época portuguesa. Dentro de estas murallas se encuentran la kasbah y todo el tipismo de esta ciudad. En la medina en la que por la general y, salvo alguna que otra excepción, sus edificaciones son de corte modesto existen, no obstante, algunas construcciones más modernas. Encontramos aquí los edificios que albergaron el correo español y el de telégrafos. También dentro de las murallas se encuentra el de la legación de los Estados Unidos de América, creada en 1797, primera representación diplomática de esta nación en él mundo. La legación americana se restauró en 1976 para convertirla en museo de arte. También dentro de las murallas están la ya mencionada Iglesia Católica de la Purísima, la Sinagoga Nahón y la gran Mezquita, la que en tiempos de los portugueses fue utilizada como catedral Católica.
La ciudad moderna es de corte europeo. En ella abundan los edificios de porte esbelto. Ha crecido mucho hacia el este en dirección al cabo de Malabata. También ha crecido hacia el sur pero, en este caso casi todos son barrios de gente humilde.
En esta zona se han erigido grandes edificios, entre ellos el hotel Hilton. También encontramos en ella la flamante estación ferroviaria, heredera de la antigua junto al puerto, propiedad de la compañía franco-española Tánger-Fez.
En la parte moderna de Tánger se concentran todas las representaciones diplomáticas, las Iglesias, incluida la catedral católica, inaugurada ésta en 1961. Los colegios e institutos de diversas nacionalidades, los cines. En definitiva todos aquellos establecimientos que sería imposible albergar en la medina dado su abigarramiento y reducido espacio.
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